jueves, 18 de junio de 2020

Mary Beard

A principio del año pasado, leí el último libro de Elvira Lindo, “30 maneras de quitarse el sombrero” en el cual nos cuenta desde su fantástica mirada, la historia de veintinueve mujeres más la suya propia, en la que nos habla de estas treinta #mujeresfetén. Mujeres que desde diferentes ámbitos de la cultura y las artes, sobre todo de la literatura, nos han ayudado a abrir los ojos y ver que el feminismo ha existido siempre, que las mujeres que han luchado por la igualdad existen desde principios de la historia y que, gracias a todas ellas (y muchísimas más), ahora, somos algo más escuchadas.


Es un libro muy interesante, que por supuesto recomiendo a todo el mundo, pero uno de los personajes que más me llamó la atención (sobre todo por mi desconocimiento que tenía sobre ella) es Mary Beard.
Mary Beard (1 de enero de 1955), es una historiadora inglesa especializada en estudios clásicos, catedrática en la Universidad de Cambridge, profesora de literatura antigua de la Royal Academy of Arts, columnista regular en “The Times”. Recibió en 2016 el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
Además de todo esto, ha escrito 14 libros y ha colaborado en diversos documentales de televisión como historiadora.
En el año 2012, realizó para BBC 2 la serie “Meet the Romans with Mary Bear”, en el cual contaba a través de animación cómo vivía la gente en la época romana.
Pues a nuestra querida Mary Beard, ni más ni menos, se le ocurrió hacer mención a la diversidad étnica en Reino Unido en la época romana. Ni que decir tiene, que este punto de vista generó una gran discusión en las Redes Sociales ya que en una de las escenas aparecía como cabeza de familia un hombre de color.
Como no podía ser menos, allí opinaba todo el mundo: desde historiadores con corrientes de pensamiento opuestas a las de nuestra protagonista hasta personas que la única vez que han tenido un libro en sus manos fue para calzar una mesa.
Y como siempre, las opiniones no son puramente académicas. A Mary Beard la llamaron de todo: vieja chiflada, obesa, fea, gorda, marimacho, p*** apestosa, dejada… Y todo esto porque lleva su melena larga y canosa, sus dientes no son perfectos y lleva ropa cómoda (a los que algunos califican como “extravagante”).
Y ella contestó a todos esos tweets en los que le pedían que explicase esos datos que daba en el documental y cuando ella replicaba y aportaba datos, en la mayoría de los casos, recibía un insulto por parte de su interlocutor.
En este artículo de “El País”, explica por qué hay que plantar cara a los acosadores en Twitter.
Por desgracia, hay muchos casos en los que mujeres, que son verdaderas eminencias en sus campos académicos son ninguneadas e insultadas en las redes sociales.
Muchos señores se creen en posesión de la verdad y les dicen, a verdaderas expertas en campos diversos, cómo son las cosas, porque si, porque ellos lo saben y nosotras no.
De lo de los insultos a nuestro aspecto físico ya hablamos otro día, que me pongo mala…
Os recomiendo que descubráis a esta mujer que es sorprendente.

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